Salvado de morir abrasado

Nadie se explica qué le pudo suceder a Manuel S.?G., de unos 45 años. Algunos de sus conocidos hablaban de un despiste, mientras que otros se decantaban por la hipótesis de un desvanecimiento. En todo caso, lo cierto es que a esa hora, como cada día, el propietario del quiosco de prensa ubicado a las puertas del Hospital Provincial se dirigía a su puesto de trabajo en un Citroën C3.

A la altura de Fragos, en lugar de mantenerse sobre el asfalto, el vehículo se desvió hacia la derecha ascendiendo por la rampa que conduce hasta una de las viviendas de este entorno del rural pontevedrés. La marcha del turismo se vio interrumpida cuando golpeó violentamente contra el cemento y el metal del cierre de la propiedad.

Nada más impactar, el Citroën se precipitó lateralmente desde una altura de aproximadamente dos metros, quedando volcado sobre uno de los dos carriles de circulación.