LOS PERIÓDICOS DE MI VIDA

..."En aquellos tiempos de estudiante pobre, yo no podía comprar el periódico todas las mañanas, como me hubiera gustado, y me dedicaba a la lectura de la prensa solo los domingos. Normalmente bajaba al kiosko del Chano antes de desayunar. Me preparaba un café cargado y daba un repaso somero a los contenidos del diario. Con un segundo café, volvía a los textos que me interesaban y los leía por entero una y otra vez. Por la tarde me entregaba al placer del dominicial, cuando lo dirigía Rosa Montero. En aquellos años comenzaron mis filias por las críticas teatrales de Haro Tecglen, el sarcamos inconfundible de Maruja Torres, a quien creí reconocer una tarde en un trayecto en el metro, la maravillosa ironía de Juanjo Millás, y tantos y tantos otros colaboradores a los que estime en su justa medida y su mucha valía..."