¡CieroPrensaTeleeXpres

Cada vez hay menos quioscos y cada vez habrá menos, a medida que los diarios se lean más por internet y el papel deje de ser importante. El caso de The Guardian –que acaba de dar prioridad a la edición digital– es un ejemplo. El quiosco de prensa apareció a principios del XX, cuando, debido al incremento de publicaciones, al aumento del número de páginas de cada publicación y a la ampliación del abanico de intereses de los lectores, el vendedor de calle era ya incapaz de brindar al cliente la oferta entera. A pesar de eso, los hubo hasta los años setenta (¿u ochenta?). Los recuerdo en los pasillos del metro, con el sonsonete vespertino: "¡Ciero!, ¡Prensa!, ¡Tele/eXpres!, ¡Dicen!, ¡El Mundo Deportivo...!". No imaginábamos que un día desaparecerían. Poco más de un siglo después de nacer, cada vez hay menos quioscos. ¿Se esfumarán por completo, como los vendedores de calle? ¿También aquí quedarán cuatro quioscos y al resto los sustituirán máquinas expendedoras como las que hay en buena parte de Europa y de Estados Unidos? Será complicado porque ¿cómo se lo montarán, los domingos, las máquinas expendedoras, para almacenar los diarios, recortar el cupón y dar a cada comprador el alud de extras que le interese: ollas, toallas, destornilladores, libros, alicates, sartenes, cuchillos japoneses, fulares, sandwicheras...? Pobres quiosqueros; lo extraño es que todavía haya.