«No vendo nada, estoy harto»

«Me mean en la puerta; me han roto las cerraduras; han destrozado mi rótulo, una antigüedad, el toldo; han pintado los cierres y me han llenado el escaparate de carteles. Cuando les dices que no te molesten te tachan de fascista. Es más, el otro día entraron dos y me hicieron el gesto de cortarme el cuello mientras gritaban “gora ETA”». Es el testimonio de uno de los empresarios de un establecimiento de la zona de Sol, el mismo que prefiere mantener su anonimato para evitar represalias. No es el único que ha sufrido amenazas y desperfectos en su negocio. Los dueños de los quioscos de prensa, tabaco y loterías, los que se atreven a hablar, están «desesperados». «Me ha costado el quiosco cerca de 50.000 euros y mira cómo lo tienen. No vendo nada desde hace una semana. Estoy harto y encima no te puedes quejar ni ir en contra de ellos porque te intimidan. Casi que veo ya como única solución que me quemen esto para que los desalojen», expresaba otro propietario.