26 may 2011

El iPad no es la panacea



Los editores han invertido un dineral en sus versiones digitales. Confiaban en ellas para enaganchar a nuevos lectores. Sin embargo, las descargas para iPad representan una mínima parte de sus ventas totales.

Y su evolución se ha estancado. En EE UU las descargas se congelaron a finales de 2010, según datos del Audit Bureau of Circulation (recopila datos de circulación de publicaciones que desean revelarlos). Un ejemplo, Vanity Fair vendió únicamente 8.700 versiones para el iPad en noviembre. Había despachado unas 10.500 mensuales desde agosto (tradicionalmente uno de los peores meses en ventas para el gremio) hasta octubre. GQ comercializó 11.000 copias para iPad ese mismo mismo, su peor resultado hasta la fecha.

¿Qué es lo que ha fallado? ¿Por qué no han logrado convencer a los lectores las revistas?
Varios blogueros culpan al elevado precio y a las descargas lentas. Otros a la falta de suscripciones anuales.

El problema está en el planteamiento. Los editores no han captado el mensaje. Condénast, por ejemplo, ha bautizado a sus versiones digitales Digital replica editions, es decir, replicas de las ediciones digitales. El grupo concibe sus ediciones iPad como el papel. Excepto algunos vídeos, links y funciones como la rotación de pantalla, las versiones para la plataforma se parecen mucho a las tradicionales. El gremio no se ha roto mucho la cabeza para adaptarse a la nueva plataforma.

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