19 feb 2011

Cosas de otro tiempo

Hoy los propietarios de bares contemplan la prohibición de fumar como el mayor ataque a su supervivencia. Y puede que tengan razón. Al menos para el bar tradicional.

Las decisiones administrativas tienen a veces efectos inesperados. La prohibición de vender tabaco en los quioscos rompió, hace unos años, el delicado equilibrio financiero de esos establecimientos. Sin los ingresos del tabaco, muchos cerraron. Pero hubo una baja colateral: la prensa. Sin quiosco no hay prensa. Y hoy, para encontrar un periódico hay que andar mucho. O dejarlo correr... Pero lo de los bares es mucho más que eso. Es un fin de ciclo al que la actual crisis, con la difusión de la cultura de bajos precios, ha venido a dar la puntilla.

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